El libro de Josué sería el registro
más antiguo de un eclipse solar. El 30 de octubre de 1207 a.C. -en tiempo de
Josué- se produjo un eclipse en la antigua Canaán, hecho recogido por la
Biblia según publica Astronomy
& Geophysics. (Fuente de la noticia: Diario El País, 30/12/2017)
Un pasaje de la Biblia recoge el registro
más antiguo de un eclipse solar
El 30 de octubre de 1207 antes de Cristo se produjo un
eclipse anular sobre la antigua Canaán
Ha
estado ahí durante unos 2.500 años y la han debido de leer millones y millones
de personas. Pero la primera mención a un eclipse solar había pasado
desapercibida hasta ahora. En una investigación que combina análisis
lingüístico de idiomas milenarios, antiguos escritos astronómicos babilónicos,
estelas del Egipto de los faraones y modernos cálculos de la maquinaria
celeste, científicos británicos creen haber encontrado en la Biblia el primer
registro de un eclipse solar anular.
Dejando
a un lado la historicidad de la Biblia, a
lo largo de ella aparecen muchos pasajes históricos contando el devenir
de los israelitas. La arqueología y la historia comparada han confirmado la
existencia de muchos personajes, lugares y hechos históricos mientras ha
descartado muchos otros míticos. Uno de esos personajes es Josué, profeta tanto
para judíos como cristianos y musulmanes, y caudillo y sucesor de Moisés al
frente de los hebreos. Josué fue, según la tradición bíblica, el que por fin
conquistó la tierra prometida y la repartió entre las 12 tribus. Sus andanzas y
muchas guerras están recogidas en el libro homónimo del Antiguo Testamento.
En
el Libro de Josué (10:12-13) se puede leer el siguiente pasaje:
"Ese día en que Yahvé entregó a los amorreos en
manos de los israelitas, Josué le dijo a Yahvé en presencia de todo el pueblo:
«Sol, detente en Gabaón, Luna, párate sobre Ayalón».
El Sol se detuvo y la Luna se paró, hasta que Israel se
vengó de sus adversarios.
Esto está escrito en el libro de Jaser. Y, en efecto,
el Sol se detuvo en el cénit y no se movió de allí por casi un día
entero".
Leído
tal cual el relato es tan mítico como la separación de las aguas del mar Rojo
por Moisés. Pero un grupo de investigadores británicos creen que la lectura
literal oculta lo que realmente pasó. Las diversas traducciones modernas del
contenido bíblico parten de la primera translación, del hebreo y el arameo al
griego. Puede que ahí se perdiera el significado real de las palabras hasta
quedar en lo que parece decir: que la Luna y el Sol se pararon.
"Pero
yendo al texto hebreo original, creemos que otro posible significado sería que
el Sol y la Luna dejaron de hacer lo que normalmente hacen: pararon de
brillar", dice el investigador de la Universidad de Cambridge y coautor de
esta investigación, Colin Humphreys, un apasionado de ponerle la lupa de la
ciencia a la Biblia. En concreto, el texto original usa las palabras hebreas
dôm y 'amad para lo que hicieron el Sol y la Luna, respectivamente. La primera
tiene varias acepciones, desde estar en silencio a enmudecer, pasando por
permanecer inmóvil. La segunda significa tanto detenerse como parar o mantener.
En
ayuda de esta alternativa, los autores del estudio, publicado en Astronomy
& Geophysics, señalan que la palabra dôm comparte raíz con términos
astronómicos referidos a eclipses encontrados en tablillas babilónicas de la
misma época. "En este contexto, las palabras hebreas podrían referirse a
un eclipse solar, cuando la Luna pasa entre la Tierra y el Sol y este parece
dejar de parar de brillar", apunta Humphreys. En particular, apuesta por
uno de tipo anular, en el que el satélite no logra ocultar toda la estrella,
dejando ver una especie de anillo de fuego.
Otra
prueba circunstancial que ponen sobre la mesa tiene que ver con la historicidad
de la presencia de Josué y los israelitas en las tierras de Canaán hace 3.200
años. Esta parte de la historia aparece confirmada en la estela de Merneptah,
un largo texto escrito en un bloque de granito que se conserva en el Museo
Egipcio de El Cairo. Merneptah, hijo del faraón Ramsés II el Grande, reinó
entre 1213 y 1203 a. C., según las cronologías más aceptadas. La estela,
grabada en el quinto año su reinado, recoge como Merneptah tuvo que enviar
tropas a Canaán para auxiliar a varios de sus feudos que estaban siendo
hostigados por los israelitas. Son las guerras que recoge el Libro de Josué,
aunque ambos textos no coincidan en quién ganó.
Acotados
los hechos y personajes históricos, los investigadores pusieron en marcha la
máquina de calcular eclipses, algo no tan sencillo como se cree. "Podemos
calcular eclipses futuros o pasados. Pero cuanto más retrocedamos en el tiempo,
más hemos de tener en cuenta los cambios en la velocidad de rotación de la
Tierra", explica el físico británico. Y es que por muy mecánica celeste
que sea, el movimiento del planeta sobre sí mismo no es constante. "Solo
en los últimos 20 años hemos sido capaces de realizar estos cálculos para los
eclipses realmente antiguos", añade Humphreys.
Según
sus estimaciones, el único eclipse anular visible desde Gabaón, unos kilómetros
al noreste de Jerusalén, entre los años 1500 y 1050 a. C. tuvo lugar (siguiendo
el calendario actual) a las 15:27 del 30 de octubre de 1207 a. C. El Sol aún
debía de estar parcialmente eclipsado al atardecer, a las 17:38. Durante la
fase central del eclipse, la Luna tuvo que cubrir hasta el 86% del área del
disco solar, reduciendo hasta una décima parte la visibilidad habitual. De ahí
que el pasaje de la Biblia no mienta, aunque sí exagera un poco.
Si
la fecha es aceptada por la comunidad científica, se trataría del registro más
antiguo de un eclipse solar. Aunque hay al menos referencias a otros tres
posibles eclipses anteriores al año 1000 en una leyenda china, una tablilla
mesopotámica o en la Odisea de Homero, ninguna ha resistido los cálculos
astronómicos. Hay que llegar hasta el 700 a. C., cuando los chinos comenzaron a
registrar los eclipses. También entonces, los asirios los grababan en tablillas
de arcilla.
Esos
registros son claves para la historia astronómica, pero también para fijar
otros eventos de la historia. El eclipse solar del 15 de junio de 763, visto
sobre las tierras mesopotámicas, ha servido para datar buena parte de la
historia del medio oriente. Ahora, el pasaje del Libro de Josué podría ayudar a
esclarecer otros 500 años más de la historia antigua, empezando por las
cronologías hebrea y egipcia.
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Científicos
y el libro de Josué (https://csalazar.org)
En el relato bíblico, Josué oró y el “sol se paró” para que los israelitas tuviesen la más épica de sus victorias.
Cuestionado por muchos siglos el relato ahora obtiene una explicación
científica. Científicos israelíes dicen claramente que han descubierto la fecha
en que se produjo y lo que ocurrió en el cielo ese día.
Utilizando datos de la NASA,
tres científicos de la Universidad de Ben Gurion en Beer Sheva fueron lo
suficientemente capaces de establecer que se trataba de un eclipse.
La batalla tuvo lugar el 30 de octubre
1207a. C.
El capítulo 10 del libro de Josué dice que después que Josué y los
israelitas entraron en la Tierra Prometida, libró una batalla contra cinco
ejércitos. Muestra tambien a Josué orando a Dios por ayuda para que el sol se
detuviera. El texto dice: “Sol,
detente en Gabaón, y tú, luna, en el valle Ajalom” (Josué 10:12).
Los investigadores tomaron en cuenta otras
historias antiguas, donde una deidad al sol, se destaca en el relato bíblico y
es el único que menciona el papel de la luna. Esto los llevó a la conclusión de
que se referían a un eclipse solar, cuando la Luna pasa entre el Sol y la
Tierra, bloqueando la luz solar.
Ellos interpretaron la palabra “dom”, que sólo se produce una vez más en la Biblia (Salmo 37: 7). y no
como “quedarse quieto”, que es la forma tradicionalmente, sino
que sería “Ir oscuro”.
En el equipo multidisciplinario, dirigido
por el Dr. Hezi Yitzhak, encontró que sólo hubo un eclipse solar total en esa
región entre los años 1500 y 1000 a.C es en ese periodo que la arqueología
muestra que los israelitas llegaron allí. El eclipse permitió que la fecha de
la batalla fuera identificada con precisión. Los registros de la NASA muestran
que este evento ocurrió el 30 de octubre 1207 a.C
En su artículo, que fue publicado para el
último número de la revista científica “Beit Mikra: Revista de Estudio de la Biblia y su mundo”. Los científicos fueron capaces de
identificar lo que ellos creen que es el sitio de la batalla, y dibujaron con
mucha precisión la ruta de 30 kilómetros que Josué y sus hombres habrían
caminado toda la noche para llegar a Gabaón, al norte de Jerusalén, y su
campamento en Gilgal, la porción oriental de Jericó.
El artículo afirma que no es posible
determinar cómo eran las piedras de granizo, de acuerdo en el relato bíblico,
mataron a muchas personas durante la batalla.
“No a todo el mundo
le gusta la idea de usar la física para probar las cosas de la Biblia. Sé que
esto puede interpretarse como si quisiera justificar su fe”, recalco Isaac. “No pretendemos que podemos probar cómo sucedió exactamente en la
Biblia, pero hay registros de historia y evidencias arqueológicas detrás de
todo esto”, publicó el Times of
Israel.
……………
Otro excelente artículo con fotos muy buenas: https://www.bbc.com/mundo/noticias-41821863
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